18 nov 2009

Mi clásico

Mujercitas representa, y creo que no sólo para mí, algo muy importante. Significó un crecimiento, un aprendizaje, un repensar sobre las cosas que pasaban por mi cabeza de niña de 11 años. Como dice Calvino, resultó una lectura >, y al releerlo años después me di cuenta de cómo había influido en mí.
A medida que avanzaba en la lectura de Ítalo Calvino, el libro Mujercitas se iba quedando más y más en mi cabeza, pensando en cómo éste es “mi” clásico. Las hermanas March supieron atraparme con sus complicaciones de una vida cotidiana, sin “tramas noveleras” como las que estamos acostumbrados a ver hoy en día, sin “el padre del amigo de mi hermano, es en realidad mi tío” o cosas por el estilo, sólo visibles en la televisión mexicana que tanto “nos gusta”
[1] consumir a los argentinos.
Mientras más me adentraba en la historia y avanzaba en la trama del mismo, me sentía identificaba con alguna hermana: en un principio con Meg, la hermana mayor, a veces por las actitudes varoniles e impulsivas de Jo y más hacia el final de libro, me identificaba con Amy, la niña mimada, consentida y egoísta de la familia. Las cuatro hermanas March representaban cada etapa en la vida de una mujer: los sentimientos encontrados que aparecen en la pubertad, las preocupaciones que nos angustian al crecer, los problemas cotidianos de una familia típica de la época en que se situó la novela (mediados del siglo XIX, durante la guerra de Secesión en Estados Unidos
[2]) y los primeros amores de cada una y cómo los manejaron.
Mujercitas logró transportarme hacia otro mundo: el mundo de las March. Me adentraba más en el libro y, así, en la vida de ellas. Cada vez que agarraba el libro para leer donde lo había dejado el día anterior o hacía un par de horas, viajaba a mediados del siglo XIX en EE.UU. y me convertía en la quinta hermana, que sólo estaba allí como observadora de aquella realidad.
Considerando esto, afirmo con toda seguridad, así como lo dijera Celia Güichal
[3], que un viaje no siempre implica moverse físicamente, moverse de un territorio a otro. Mi viaje siempre fue ficticio, en mi mente. Me desconectaba de mi realidad para conectarme con la realidad de las hermanas que serían mi familia hasta que mis ojos cansados dijeran “basta”.
Si bien éste no fue el único libro que no podía dejar de leer, que quería terminar apenas había leído unas cuantas hojas, sí fue un libro que dejó huellas en mí. Identificarme con los personajes del libro y verme a mí misma pasando por esos acontecimientos no es algo que me ocurra con cada libro que leo: una cosa es que “te atrape” y otra bastante diferente es sentir que estás viviendo esa historia. Si bien los personajes eran diferentes (a mí y entre sí) encontré en cada uno de ellos alguna característica mía.
Meg, la mayor de las hermanas, era una chica estructurada, organizada, conciliadora y responsable. A mis cortos 11 años, no logré entender por qué éste personaje me llamaba tanto la atención, pero luego las vueltas de la vida (quizá, el que me llamara la atención no fuera tan arbitrario) me llevaron a ser una persona muy parecida ella. En algún momento del libro (mayoritariamente, al comienzo) me sentí decepcionada por sentir que Meg era fría y manipuladora, pero luego resultó no ser tan así.
Josephine, la segunda en orden de edad, era varonil, escritora, impulsiva y apasionada por los libros. Era, a veces, el vivo reflejo de mi hermana. No me sentía reflejada en ella, pero sí a mi hermana y eso me bastaba para sentir a Jo como de mi propia sangre.
Beth era la tercera hermana, y era prácticamente invisible. No tenía ningún rasgo particular en su personalidad que llamase la atención, exceptuando eso mismo: que no llamaba la atención y todos la adoraban por eso. Muere a mitad de la novela y fue como si yo misma hubiera perdido a un pariente. Todas ellas me habían atrapado y convertido en un miembro más de la familia, por lo que sufrí junto a ellas la pérdida de esa hermana tan querida.
Amy... ¡por fin llegamos a Amy! La menor, la consentida, la mimada, la caprichosa. Muchas veces su conducta me irritaba, pero al mismo tiempo la encontraba divertida y era ella, con un poco de ayuda de Jo, quien comenzaba las travesuras y le daba dinamismo a la trama.
Mi emoción por llegar a ella se debe a que al terminar el libro, Amy se convirtió en “mi modelo a seguir”. Ella fue la que más camino recorrió en la historia, la que más maduró y reconoció sus errores. Se convirtió de una pequeña caprichosa en una mujer increíble, que se casó con su vecino quince años mayor. Fue pensar que era así en ese momento y que mi vida después sería como la de ella.
Estas cuatro hermanas unidas hacen una: cada personaje representa una etapa diferente en la vida de una mujer. Los miedos del crecimiento, el carácter en formación, el cuidado hacia la familia, el primer amor, el casamiento.
Citando a Calvino, Mujercitas “me formó”: me sirvió de base de algunos valores (por ejemplo, el compañerismo, la solidaridad con la familia y con los demás). “Al releerlo en la edad madura, sucede que vuelven a encontrarse esas constantes que ahora forman parte de nuestros mecanismos internos cuyo origen habíamos olvidado”
[4]: La segunda vez que lo leí, debía tener unos quince años y realmente fue una lectura diferente, fue un reconocimiento de mi propio crecimiento, de cómo fui cambiando y, en consecuencia de eso, cómo sentí que ellas cambiaron.
Al repasarlo alguna vez, hace poco tiempo, noté más cambios, un libro nunca es el mismo. Aunque en realidad los que cambiamos somos los lectores, sentimos que el libro es diferente. El libro cambió, nos cuenta otra historia, otros personajes con otras características, no son los mismos porque nosotros no lo somos. Si no somos los mismos de un día para el otro, por más que tengamos siempre una rutina, ¿cómo podemos pretender que al releer un libro lo veamos de la misma manera?
En estos casi diez años que pasaron desde la primera vez que lo leí y ahora, mi vida cambió prácticamente 180º. No sabría decir si eso les pasa a todos en ese período de tiempo pero sé que en mi vida sí. Antes de releerlo hace algunos de meses, podía decir que me había convertido en Amy pero hoy puedo decir que soy una Meg hecha y derecha.
En estos diez años, “el libro cambió”. Le encontré algunos significados que antes no le había encontrado, redescubrí sentimientos, emociones, entendí las cosas de una manera nueva y también entendí que en los cuentos las tragedias pueden terminar bien, al contrario que en la vida real. El ser más grande, me ayudó a tener los pies sobre la tierra y no creer que siempre la vida real terminará bien como algunas lecturas nos quieren hacer creer. Pero soñar no cuesta nada y leer un libro menos. Nunca está de más preferir un buen final a una situación trágica o pensar en que las cosas se resuelven solas. Y, creo, ése es el trabajo de un (buen) libro: hacernos caer en otro mundo, que a pesar de ser diferente, podamos sentir como nuestro, que pertenecemos a él, que esa historia contada en sus páginas, es nuestra.
Es por eso que muchas personas podemos reír o llorar con facilidad al leer un libro. Nos metemos con facilidad en un mundo que no nos pertenece pero que sentimos como nuestro, y sufrimos y nos alegramos por las vivencias de nuestros queridos personajes. Y no hay nada más lindo que meterse en un mundo que no es tuyo y cambiar de vida por un rato...
Sencillamente, ésa es la razón de por qué hay que leer “mi” clásico.

[1] “nos gusta” entre comillas porque soy una ferviente creyente de que no consumimos lo que nos gusta, sino que, en todo caso, nos gusta lo que consumimos.
[2] Fue un enfrentamiento civil entre los Estados de la Unión (norte) y la Confederación de los Estados del Sur (sur). El conflicto giró en torno a dos grandes cuestiones: la esclavitud en los Estados del Sur y la polémica sobre la supremacía de los Estados de la Unión y las tasas protectoras que aplicaban a sus artículos.
[3] C. Güichal, en Una metáfora viva, hace referencia a “los viajes interiores”, donde al igual que en los geográficos existe una tensión entre mapa y territorio y, aunque se cumpla con el itinerario, hay algunas cosas que son imprevisibles.
[4] Por qué leer los clásicos, Ítalo Calvino, Cuadernillo de Ensayo, Taller de Expresión I, Cátedra Reale, pp. 70-74.

4 nov 2009

Análisis de las cartas escritas (la primera respuesta fue hecha por Belén, la segunda por Natalia y la tercera por Cynthia)

Para comenzar, debo decir que el rumbo que tomaron las cartas no fue el esperado, el que yo tenía en mente, quizás el que hubiera hecho, pero puedo decir que fue muy satisfactorio.
La segunda carta, escrita por Belén, la leí antes de tiempo, antes de que se hubiera terminado el ejercicio, ya que la curiosidad me estaba matando. Ella fue tan convincente con la respuesta que uno hasta podría pensar en no hacer una tercera carta. En la tercera carta fue bueno ver que la esencia de mi personaje creado no se había perdido, ése era uno de mis miedos. El otro era que se perdiera el estilo payasesco y ridículo que traté de darle a la primera; se reconoce fácilmente que es muy extraño un hombre adulto sintiéndose atemorizado o intimidado por una niña y que, encima de eso, le escriba una carta a su amigo pidiéndole ayuda a su “problema”. En la última carta, creo que Cynthia le dio un buen final: definitivo y con el mismo ritmo que las otras.
Para comenzar con el análisis argumentativo académico, podemos reconocer como la Quaestio a un hombre que quiere deshacerse de algunas peras que tiene en su verdulería, el motivo es que una niña le hace burla con las frutas y su cara. El convencer y el conmover de “La máquina retórica”, se entrelazan continuamente. Como un ejemplo, puedo citar en la primera carta “te estoy pidiendo un favor de amigo” como método para conmover, y “creo que Victoria estará contenta de ayudarme (...), seguro te va a agradecer por hacer que los chicos coman más fruta”, como método para convencer, es decir, presentando pruebas lógicas.
La primera Disgressio aparece en la carta de Belén, al sugerirle a mi personaje que vaya al psicólogo, y la segunda aparece en la carta de Natalia, explicando su negativa hacia aquélla sugerencia.

En consideración con la clase teórica Nº 12, puedo reconocer dos esquemas:

Esquema de la primera parte de las cartas:
*DATO (argumento): Pedro tiene la cara de forma similar a una pera.
*LEY DE PASAJE: La nena le hace burla.
*CONCLUSIÓN-TESIS: Pedro quiere vender las peras que le quedan.

Esquema de la segunda parte de las cartas:
*DATO (argumento): Julio está corto de dinero.
*LEY DE PASAJE: Es fin de mes.
*RESTRICCIÓN (contra-argumento): Julio le da una receta para que pueda utilizar las peras.
*CONCLUSIÓN-TESIS: Julio no le compra las peras.

6 oct 2009

Cuarta Carta Argumentativa:

16 de febrero de 1989

Julián:
Por más que nos vimos hace sólo unos días, no puedo no escribirte. Te sigo extrañando, y ahora que te vi y estuve con vos, siento que te extraño aún más (si acaso eso es posible).
Debo decirte que no volví siendo la misma que se fue. Ya me conocés y sabés que me resulta más fácil escribir que hablar, así que no creo que te sorprenda que no te lo haya dicho antes, cuando estábamos juntos. Como vos decís, salí de “la burbuja de Banfield”. Bueno, aunque sea un poco. Traté de salir, te hice caso. Pero no me pude acostumbrar a esa vida. A los morochos, a las calles embarradas, a que nos digan “porteñitos” todo el tiempo, ¿Que yo discrimino? ¿Acaso ellos no nos discriminan al decirnos así? Vos tendrías que defenderme a mí antes que a ellos, yo soy tu novia.
Calculo que te habrás dado cuenta solo, ya que me volví antes de lo que querías. No es que no te extrañe, pero estar ahí me parecía insostenible, no aguantaba más. Y me quedo mucho más tranquila al leer una y otra vez tu carta donde me decís que me querés mucho más allá de lo que piense, sé que no tengo que tener miedo de perderte.
Pero, de todas maneras, realmente volví cambiada. No sigo siendo tan dura e inflexible pero tampoco comparto tu opinión. Sigo considerando que los pueblerinos son gente bastante incivilizada. Pero entendí que no puedo convencerte de lo que no querés ser convencido, ya te darás cuenta con el tiempo de lo equivocado que estás. No creo, como vos decís repetidamente, que tengamos “una manera diferente”, me parece estás muy influenciado por estar allí y espero que cuando vuelvas recuperes el sentido.
Quiero que vuelvas a ser el chico que se fue hace un poco más de un mes, del que me enamoré, el chico que habla y se viste bien, el inocente y educado que fuiste y siempre vas a ser... sólo así podremos estar bien juntos.

Te quiero como siempre,

Andrea

(Cynthia->http://inviernodesacoazul.blogspot.com/ - Natalia-> http://corazondetintaa.blogspot.com/- Ezequiel-> http://ezequielcalado.blogspot.com/)

29 sept 2009

Infinitas Cartas Argumentativas (?)

Carta Argumentativa Nº 1:

Julio: Sé que me dijiste que no te gustan mucho las peras. Y lo entiendo, pero te estoy pidiendo un favor de amigo.
Tenés una familia grande que, creo, gustosamente te ayudará a terminar las pocas peras que me quedan en el cajón. Y prometo no comprar más peras para vender. Cada vez que esa nena entra aquí me dan ganas de sacarla de una patada. Pienso que quizás no debería dejar que me afecte tanto, pero no puedo. Cómo es que una criatura de cinco años puede influir tanto en mí, no lo sé. Lo que sí sé es que estoy cansado de que esa nena se burle. Cuando la veo venir ya sé lo que me espera, ¡encima la mamá que no hace nada! “¡Tiene cara de pera, tiene cara de pera, y el que no espera, desespera!” Yo me pregunto quién le habrá enseñado eso. Y además, por qué la mamá la deja decirlo.
Te digo, creo que si escucho a esa nena una vez más compararme con cada una de las peras del cajón, voy a explotar. Me tiene cansado. Llega y agarra una por una las peras, buscando la que se parezca más a la forma de mi cara. Y cuando la encuentra, la deja arriba del mostrador, como diciendo “te dejo tu cara”.
Lo único que sé es que necesito que te lleves todas las peras para que esa nena endemoniada no pueda torturarme más. Te juro que cuando pasa por la puerta, me da escalofríos.
Creo que Victoria estará contenta de ayudarme y no tendrá problema en gastar un sábado un poco más de dinero en la verdulería. Es más, seguro te va a agradecer por hacer que los chicos coman más fruta, siempre habla de que no comen lo suficiente. Me estarías haciendo un enorme favor y aparte estarías ayudando a que tus hijos crezcan más sanos y fuertes, ¿no te parece?

Abrazos,

Pedro

(Para encontrar la respuesta ir a http://lagrimasdecianuro.blogspot.com/)

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Carta Argumentativa Nº 2: (La primera es de http://monyviajeyescritura.blogspot.com/)

Eduardo:
No creo que te des una idea de lo mucho que me duele escribir esta carta, ya que desde hace mucho tiempo te considero uno de mis mejores amigos. Mi intención no es lastimarte y nunca lo fue, pero no tenía por qué soportar la humillación por la que me hiciste pasar; si hubieras hablado conmigo en privado, las cosas hubieran sido diferentes. No sé cómo se te puede haber ocurrido que sería romántico (quiero creer que eso es lo que pensaste) pararte en el escritorio cual animal y confesarme enfrente de todos nuestros compañeros tus sentimientos. La vergüenza y la humillación que me hiciste pasar no tiene nombre, y todavía la siento en mi cuerpo.
Quiero que sepas que te quiero como amigo y no quiero lastimarte, pero para mí somos sólo eso: amigos. Y también te digo que sí, te estoy evitando, pero no es sólo por lo que me hiciste sino porque nunca vamos a poder tener la relación que vos querés y es por eso que ya no podemos ser amigos.
Espero sepas comprenderme.

Victoria

--------------------------------------------------xoxo-----------------------------------------
Carta Argumentativa Nº 3: (1ra. carta en http://corazondetintaa.blogspot.com/- 2da. carta en http://flordespanha.blogspot.com/)

17 de septiembre de 2009


Estimada Srta. Salvatierra:

Pedimos disculpas si nuestra carta de invitación al grupo “VIP” le causó alguna molestia, pero creemos que al dejar sus datos usted estaba completamente al tanto de que los usaríamos eventualmente.

Con respecto a nuestros precios, creemos que son acordes a nuestros productos y servicios, ya que ofrecemos la mejor calidad de relojes y reparación de la zona.

Como compensación por las molestias ocasionadas, ¡le enviamos un nuevo cupón de descuento!

Sin más, le recordamos que los cupones no contienen fecha de vencimiento y la invitamos a usarlos.


Saluda Atte.

RELOJERÍA RATITO - Atendido por sus propios dueños.-

--------------------------------------------------xoxo-----------------------------------------

Y bueno, la última tanda de cartas, la subo mañana o pasado!

Laly


P.D: Gracias, Belén, por tu idea (que robé sin permiso) de poner el blog del dueño de la carta.

Saludos!

2 sept 2009

Autoevaluación del Proyecto

Desde el comienzo de la cursada, la idea del proyecto me pareció sumamente interesante (como me resultan todos los trabajos prácticos de cualquier materia). Obviamente, en un principio no sabía qué me iban a pedir y mucho menos qué iba a hacer. Pero fue la excusa perfecta para hacer algo que quise mucho en mi preadolescencia: escribir un cuento largo. Puede (y, de hecho, lo es) no haber sido lo que hace seis o siete años me imaginé que sería, pero es algo así como un sueño cumplido.
Debo decir que el camino hasta el final del proyecto fue sinuoso, hubo días en los que no sabía qué iba a escribir (y me inquietaba saber que muchos de mis compañeros sí) y otros días en los que algunas ideas fueron desechadas y luego recuperadas (aunque no todas). Hubo algunos días en que sufrí, en que no se me ocurría nada, en que no quería escribir, en que no quería leer. Pero hubo otros días en los que me “iluminaba”, en los que se me ocurrían muchas ideas y aprovechaba mi archivo de Word para enumerarlas. Aunque no usé todas las ideas escritas allí, me sirvió para organizar un poco mis pensamientos.
Luego de eso, tenía muchas ideas dándome vueltas en la cabeza y me resultó difícil plasmarlas todas y plasmarlas como quería. Escribía, borraba, volvía a escribir y volvía a borrar. Hasta que me llegó el momento en que me dí cuenta que faltaba poco para comenzar las clases de vuelta y me senté a escribir y nadie me podía levantar de la silla. El tener una fecha límite, al contrario de otras personas, produce en mí ese efecto.
Lo que me resultó más difícil del trabajo fue organizar mis ideas (aún más que pensarlas e inventarlas), tenía muchas dando vueltas en la cabeza y que estaban bien organizadas y guardadas allí pero que a la hora de volcarlas en la computadora no aparecían tal como yo las pensaba. Más que escribir la historia en sí, el desafío para mí fue sacarme las ideas de la cabeza y ponerlas en papel.
Con respecto al resultado final, creo que se puede trabajar, mejorar y cambiar pero me dejó bastante conforme. La visión que tuve al terminarlo fue la misma que me dijeron los que lo leyeron: el cuento me quedó con un final muy abrupto, como si en las primeras veinte hojas la historia tuviera un ritmo y luego se acelerara, pero no es algo que con trabajo y consejos se puede solucionar.
En lo personal estoy conforme con el trabajo porque resultó un desafió que sola no lo hubiera hecho y hacía muchos años que no escribía un cuento o una ficción. Me ayudó a reconectarme con un amor perdido hace ya muchos años.

21 ago 2009

Los caminos de la vida...

La clase de ayer me hizo darme cuenta cuánto extrañaba. Y me sirvió como descargo de muchos pensamientos y dudas también.
Voy a subir toda mi historia (con algunas partes cortadas, porque sino es muy largo), espero comentarios ya que lo que comenté ayer en clase es que siento que me quedó con un ritmo diferente el principio que el final, pareciera que el final llega muy abruptamente. Es por eso que no entregué el trabajo; si confirman lo que pienso, lo trataré de cambiar.
Saludos!


13 de septiembre de 1947

Querido Diario: ¡Por fin te tengo en mis manos! Tanto que les insistí a mis padres, por fin te compraron. Voy a empezar por contarte de mí y de mi familia: mi mamá se llama Scarlett y mi papá, Sean. Tengo dos hermanos, Robert y Phillip, y una hermana, Prudence que son más grandes que yo y lo único que hacen es molestarme, aunque sé que me quieren. Como soy la hija menor, mi papá me cuida mucho y eso me gusta. A veces siento que mi mamá y los chicos (así les decimos en mi casa a mis hermanos) se ponen un poco celosos, pero no puedo evitar que me encante ser consentida por mi papi. A Prudence pareciera no importarle demasiado nada de la familia, así que no sé si ella se pone o no celosa.
Bueno, te cuento que ahora tengo 8 años y vos fuiste mi regalo de cumpleaños. Vinieron mis abuelos a cenar y la pasé muy bien, en especial por los regalos que me dieron: una muñeca para jugar y dinero para que lo gaste en lo que yo quiera, ¡me dieron 5 dólares!
Estuve pensando en ponerte un nombre, como a mis muñecos, pero todavía no se me ocurre ninguno, cuando se me ocurra, te aviso.
Me tengo que ir a dormir porque sino me van a retar.
Mañana te escribo de vuelta.


18 de septiembre de 1947

Querido Diario: En estos días no he podido escribirte porque mi mamá me estuvo enseñando a cocinar distintas comidas y aprovechamos para probar cuál nos gusta más para el cumpleaños número 18 de mi hermano Robert. Cuando ya los tenga cumplidos, se irá a inscribir en el servicio militar para cumplir con sus deberes de hombre, como dice mi papá. Mamá siempre dice que no hay que preocuparse de que en algún momento vaya a la guerra, pero yo sé que ella sí se preocupa.
Yo, por mi parte, estoy aprendiendo a cocinar y es algo que me gusta mucho. Cuando sea grande voy a tener una gran familia a quien servirle las recetas que mi madre me está enseñando.
Mi hermana Prudence, según dice mi madre, ya debería saber cocinar pero no quiere aprender. Tiene 13 años y yo sé cocinar mejor que ella. No sé qué va a hacer cuando se case y tenga hijos.
Volveré a escribirte en unos días, seguramente con un nombre ya pensado.
Melanie

28 de septiembre de 1947

Querido Diario: ¡Me parece que ya te encontré un nombre! Te voy a llamar “Cory”. Espero que te guste.
Te cuento que ayer fue sábado y festejamos el cumpleaños de Robert. La pasamos muy bien y todos me elogiaron la torta que hice. Dijeron que estoy aprendiendo a cocinar ten bien como mi madre.
Te cuento algo que no se lo conté a nadie, ni a mis amigas: estoy contenta porque ayer vino un amigo de mi hermano que se llama James. Me felicitó por la torta y ¡me acarició la cabeza! Yo no lo podía creer, me puse colorada, no lo pude evitar, sonreí y me fui corriendo. Él es muy lindo y me quiero casar con él cuando crezca. Mi mamá me dijo que él también se irá a anotar en el ejército como mi hermano. Ojalá que estén los dos juntos así lo veo más seguido.
Bueno, mi querido Cory, me despido.

Te quiero.
Melanie


1 de octubre de 1947

Cory: Ya te llamo así porque realmente me gustó el nombre y quiero que los dos nos acostumbremos. Te cuento que estoy muy atareada ya que en el colegio me dieron muchos deberes para realizar. A mí me gustan los deberes, sobre todo Matemática. Mi profesor de esa asignatura, el señor Priestly, siempre me felicita porque entiendo todo y me va muy bien en los exámenes. Y yo me pongo contenta y cuando puedo ayudo a mis amigas, Jennie y Susan. Ellas son mis mejores amigas y las quiero mucho. ¿Te cuento algo? Ayer les conté que me quiero casar con James, y no se rieron como yo pensé que iba a pasar, sino que se pusieron contentas y Jennie me dijo que ella se quiere casar con un compañero de nuestra clase, Pierce.
¡Ay, cómo me gustaría tener 18 años y no tener que esperar para casarme con James! Pero como todavía no puedo, lo único que me queda por hacer es concentrarme en el colegio para tener buenas calificaciones y que mis padres se pongan muy contentos y así quizás me compren algún regalo. Ahora voy a terminar los ejercicios de matemática que nos dieron hoy y después iré a cenar.

¡Te quiero mucho!
Melanie


10 de octubre de 1947

Cory: Quería contarte que Robert no vive más con nosotros. Como se inscribió en el servicio militar, se fue al Estado de Washington. Nunca pensé que diría esto, pero lo extraño. Aunque me molestaba mucho y me cargaba porque me gustan las matemáticas, es raro no verlo todos los días. Hoy se cumple una semana desde que se fue y estamos esperando una carta de él, por lo menos para que nos diga que llegó bien.
Phil en este momento tiene 16 años y también siempre quiso entrar al servicio militar, pero creo que ahora que Rob se fue está teniendo dudas, no creo que él pueda vivir lejos de la comida de mi mamá.
Y de Prudence, como siempre, no tengo nada para contarte. Sigue igual de arisca que cuando te empecé a escribir. No sé por qué no me puede tratar bien, como la trata a Jennie su hermana mayor. Me gustaría que me ayude con la tarea, que me diga cómo hago para que James se quiera casar conmigo, no sé... calculo que de esas cosas hablan las hermanas.
Sabés, en el colegio tengo una compañera que se llama Mary y es muy mala. Siempre me mira y me habla mal, y quiere que Jennie y yo nos peleemos. Me parece que quiere tenerla sólo para ella, a mí no me molesta que mis amigas tengan otras amigas, porque sé que no puedo pretender tenerla sólo para mí, pero me enoja mucho lo que hace Mary, porque no me quiero pelear con Jennie. ¡Ay, Diario, no sé qué hacer! Uy, te dije “Diario”, digo Cory. Perdón que me olvidé. Espero que Mary deje de ser mala, quiero que se mude a otro Estado así no tengo que verla más, quiero que se vaya muy lejos de Texas.
Bueno, ya es hora de cenar, así que me despido con un beso enorme para vos.
¡Gracias por escucharme!
¡Te quiero mucho!

Melanie


13 de octubre de 1947

Cory: Confirmé que tenía razón. Hoy Mary le dijo a Jennie, en secreto por supuesto, que yo era mala, que no la quería y que yo sólo quería ser su amiga para que me preste cosas. Esto pasó en el receso, mientras yo hablaba con Susan. Cuando volvimos a la clase, Jennie me contó lo que había pasado. Yo me puse muy triste porque no sé porqué Mary es tan mala y no me quiere, y además, te repito, yo no me quiero pelear con Jennie, porque es mi mejor amiga y la quiero mucho. Yo quería preguntarle a Mary porqué decía esas cosas de mí, pero Jennie no quiso para que Mary no se entere que me había contado lo que le dijo. No sé qué hacer. Me parece que mañana iré a hablar con Mary de todas maneras. No sé.
Mañana te cuento lo que pasó.
¡Te quiero mucho!

Melanie


14 de octubre de 1947

Cory: ¿Cómo estás? Espero que bien. Te cuento que hoy durante el receso escribí una carta para Mary, preguntándole porqué hizo algo tan feo. Cuando salimos del colegio se la dí, espero que mañana me responda. Estoy nerviosa, no sé qué me va a contestar. Bueno, mañana te cuento qué pasó.
¡Hasta mañana!
Melanie


15 de octubre de 1947

Cory: ¡Hoy Mary no me dio ninguna respuesta! No sé qué le pasa conmigo y la verdad es que yo no me quiero pelear, pero si ella no quiso hablar conmigo es porque no quiere arreglar el problema. Eso ya escapa de mis manos. Hoy le conté a Jennie lo de la carta y por suerte no se enojó. Qué bueno, sino me iba a poner muy triste. Así están las cosas. Lo único que espero es no tener que hablar nunca más con Mary.
Con respecto a mi familia, todo sigue igual. Bah, algo así. Mis padres están un poco nerviosos por Robert, porque seguramente todavía no ha llegado a destino. Yo creo que todo estará bien. Y Phil y Prudence siguen igual que siempre, él comiendo todo lo que cocinamos con mamá y ella, sin hablar con nadie.
Yo, trato de hacer lo más que puedo para que todo en mi casa esté bien, pero mis hermanos no cooperan, no sé qué hacer. Siento una angustia terrible en el pecho. Espero que mañana al despertarme se haya ido.
¡Hasta mañana!
¡Te quiero mucho!

Melanie


27 de octubre de 1947

Cory: Hoy no te escribo con buenos motivos (casi nunca lo hago, pero hoy es peor). Te cuento que ayer a la mañana falleció mi abuela, la madre de mi mamá, mi “Bobe”. Me siento muy triste porque siempre sentía que compartía con ella una relación muy especial. Mi abuelo, su esposo, está desconsolado y nadie sabe qué hacer. Mi abuela sufría de algunas molestias, pero nunca pensamos lo peor, ya que siempre iba al doctor y volvía más calmada. Me siento abrumada, no sólo tengo que cargar con mi dolor, sino que tengo que ayudar a mi madre a que cargue con el suyo. Mis hermanos no cambian más. Siguen como si la vida fuera igual. Por más que hoy tuvimos un funeral muy triste (aunque no religioso, mis padres todavía tienen miedo de mostrarse como judíos), Phil sigue comiendo y Prudence encerrada en su habitación sin hablar con nadie... ¿Será esa su manera de lidiar con el dolor? ¿No sería mejor que nos uniéramos como familia?
Te cuento que hace unos días llegó la primera carta de Robert, contando que se encuentra muy bien y que está muy feliz de servir a su país. Es horrible tener que responderle contándole esta mala noticia. Lo único bueno de estos días fue que en la carta contó que está en el mismo lugar que James. Espero tener más noticias de él.
¡Ay, mi querido Cory, cómo me gustaría que mi vida fuera diferente! Pero ésta es la que tengo y sé que siempre hay que intentar hacer lo mejor que se puede.
Me voy a dormir, realmente no tengo más ganas de escribir y estoy muy cansada y triste.
Espero me comprendas.
Con amor,
Melanie
22 de noviembre de 1947

Cory: ¡Hola! ¿Cómo estás? Yo no tengo muchas noticias, pero me dí cuenta que hace bastante que no te escribo. Pobre Robert cuando se enteró lo de mi Bobe, nos mandó su respuesta diciendo lo apenado que estaba por eso. Yo sé que él está triste, no como Phil y Prudence que no demostraron nada... La mayoría del tiempo siento que en carácter me parezco mucho a Rob y me parece que es algo bueno. Estos días le estuve pidiendo a mi mamá que me enseñe más recetas para cocinar, así la distraigo y no piensa cosas feas. Estoy contenta porque ya aprendí a hacer knishes
[1] y kneidalaj[2], así que seguramente para las próximas fiestas, cocinaré yo.
En el colegio está todo muy bien, por suerte Mary no me habla mal, aunque no me habla mucho, lo cual prefiero.
¡Te agradezco que seas mi amigo, Cory!
Melanie


25 de marzo de 1948

Cory: Hace mucho tiempo que no te escribo, lo sé. La verdad es que estuve ocupada con las fiestas, los exámenes antes del receso invernal y otras cosas. Espero que no pienses que te olvidé. Es que no le veo mucho sentido escribir cuando no tengo nada para contar. Rob sigue enviando cartas contando cómo está pero casi nunca habla de James.
Ah, casi me olvido de contarte, hace unos días me enteré que el hermano de James asiste al mismo colegio que yo, sólo que tiene dos años más. Me enteré porque Prudence lo conoce y un día me lo señaló y me contó. Debo decir que físicamente se parece bastante al hermano.
Ay, Cory, no sé por qué siento un dolor en el pecho, una angustia muy grande. Muchos días me siento así y no sé cuál es la razón. Aunque en realidad, me parece que sí la sé. Hace sólo un momento me peleé con Prudence (en estos momentos prefiero no decirle “mi hermana”). Yo había salido del baño y aparentemente colgué mal la toalla y se cayó al suelo. Yo la veo entrar y salir a los dos segundos, me busca, me mira y me dice “Pero ¿sos tonta? ¿Cómo vas a dejar la toalla en el piso?” Yo le expliqué que seguramente se había caído sola, pero ni me dejó terminar de hablar que me dio la espalda y se fue. ¡Me gustaría tanto que mi hermana me quisiera y me ayudara! Mi mamá dice que no me preocupe tanto, que es sólo la etapa de la “pubertad” (no estoy segura si se escribe así). Ojalá que todo se solucione en mi vida.
Bueno, me despido,
Con amor,
Melanie

23 de abril de 1950

Cory: Hoy me pasó algo muy raro en el colegio. Estábamos en receso con Susan y con Jennie, como siempre, y se acerca un chico de 7º grado y me pregunta: “¿Vos sos la hermana de Robert Zuckerman?” Yo le respondí que sí, se dio vuelta y se fue, ni me dejó preguntarle por qué me había preguntado. Me quedé mirándolo para ver qué hacía. Ví que fue al lado del hermano de James y le dijo algo, calculo que sería eso mismo, que yo soy la hermana de Rob. Lo que me intriga es por qué lo quería saber. Susan y Jennie se quedaron sorprendidas, igual que yo. No sé qué pensar.
Bueno, me voy a dormir porque estoy cansada.
Te quiero.
Melanie


24 de abril de 1950

Cory: Hoy cuando llegué al colegio empezamos a hablar con las chicas sobre lo que pasó ayer con Jason (así se llama el hermano de James, ayer a la noche le pregunté a Prudence). Todavía no sabemos qué es lo que pasó, pero me da mucha intriga. Quizás mañana me presente y le pregunte. Cualquiera que me conozca sabe que no puedo estar sin saber algo.
Te cuento que hoy a la tarde preparamos un bolsito con comida para enviarle a Rob por correo vía rápida, por lo menos para que disfrute de algo de comida casera. Le escribí una carta contándole qué es lo que cociné yo, espero que le guste, porque lo extraño mucho. Extraño como solía jugar conmigo cuando yo estaba aburrida. Desde que él se fue siento que se fue la única persona en esta casa que me prestaba un poco de atención.
De todas formas, en la carta escribí “saludos a James”. Espero que se los de, y también espero que James se ponga contento. También mandamos algo de comida para él porque su papá se quedó sin trabajo la semana pasada, así la mamá se queda tranquila que está comiendo como corresponde. Espero que le guste mi comida, ya que la hice pensando en él. Cuando nos respondan la carta, te cuento si les gustó.
Me despido con muchos besos.
Melanie

25 de abril de 1950

Cory: Hoy en el colegio lo conocí a Jason. Estábamos en receso y lo ví sentado en las escaleras con sus amigos, cerca de donde yo estaba. Me acerqué y le dije “Hola, ¿vos sos el hermano de James Walsh?”. Me parece que no podía creer que yo fuera tan desvergonzada. Bueno, entonces me dijo que sí y le pregunté por qué ayer un amigo suyo me había preguntado eso. Me dijo que habían estado hablando y que tenían curiosidad. Me despedí y volví a hablar con las chicas. Me hubiera gustado decirle que le mande saludos a James de mi parte pero eso sí me dio vergüenza.
Ah, estuve a punto de olvidarme de contarte que hoy me dieron la calificación de la evaluación de Lengua y Literatura y es un 9. ¡Estoy muy contenta!
Me despido con mucho amor,
Melanie

12 de mayo de 1950

Cory: Ayer recibimos la respuesta de Rob. Nos contó que le gustó mucho la comida y dijo que soy tan buena cocinera como mi mamá. James también nos mandó una carta agradeciéndonos por la comida y felicitándome. La carta decía así: “Sra. Zuckerman, le agradezco mucho la comida que mandó también para mí y por favor dígale a Mel que la felicito y que es muy buena cocinera. Mis cariños a todos”. También nos contaron que la están pasando muy bien allí, que les gusta mucho el entrenamiento y que ya hicieron los trámites necesarios para venir de visita. Espero que sea pronto.

Melanie
17 de noviembre de 1952

Cory: Hoy sucedió algo que realmente no me esperaba. A la mañana, cuando llegamos al colegio, Jennie nos dice a Susan y a mí “Tengo que contarles algo”. Nos reunimos las tres y Jennie nos dice “desde ayer a la tarde, Steven y yo somos novios”. Susan y yo nos miramos sorprendidas, la felicitamos y le preguntamos cómo había pasado. Nos contó que ayer al salir del colegio Steven la acompañó hasta la casa y estuvieron charlando por un buen rato. La mamá los vio en la puerta y lo invitó a pasar. Él se quedó toda la tarde en la casa y al anochecer cuando se iba a despedir, él le dio un besito en la boca, y ahí mismo le preguntó si quería ser la novia. ¡Ay, qué romántico! ¿no? Además me puse muy contenta así no sufre más por el tonto de Pierce.
Ahora, yo soy la única que no tiene novio de las tres, pero no me hago problema. Aunque la carta de Pierce de hace un tiempo me hizo empezar a mirarlo con otros ojos... Sería tan feliz si supiera lo que me pasa.
Te quiero mucho.
Melanie


15 de noviembre de 1952

Cory: ¡Ayer llegaron Phil, Rob y James de Washington! Dijeron que se quedarán por unos días ya que quieren el calor del hogar. Ayer a la noche tuvimos una comida en mi casa con James, Jason y sus padres. Tengo que confesar que verlo a James no provocó nada en mí, no como lo hubiera hecho unos años atrás. Sé que él no es para mí. Sin embargo, parece que sí es para Prudence. No pude evitar ver como se miraban durante toda la cena y me enteré que se quedaron toda la noche hablando cuando terminamos de comer. Hoy, estoy contenta porque volvimos, por lo menos por unas horas, a ser una familia.
Con amor,
Melanie


25 de noviembre de 1952

Cory: Mis hermanos y James se fueron ayer. Me había acostumbrado a tenerlos aquí a que Phil comiera todo lo que cocino y a que Rob me escuchara contar mis cosas del colegio. Confío en que pronto volverán y no los extrañaré tanto.
Hoy en clase noté que Pierce me miraba fijamente, sentí su mirada en la nuca durante toda la clase de Historia. Cuando por fin tocó el timbre para salir al patio, me quedé sentada un momento más y él se me acercó. Me preguntó cómo estaba y empezamos a hablar, salimos juntos al receso y estuvimos hablando hasta que volvió a sonar la campana. Me puse contenta de haber estado con él, de haber hablado con él y de, por primera vez en mucho tiempo no haber hablado de Jim y de Steven. Y acordamos sentarnos al lado mañana. Espero que se acuerde y que lo cumpla.
El día de hoy fue bueno, y los disfruté mucho.
Melanie


9 de diciembre de 1952

Cory: Me dí cuenta de algo. Me gusta Pierce. Quiero que seamos novios, quiero pasar tiempo con él. Pero no sé qué hacer, creo que él no se da cuenta o quizás quedó dolido de cuado me mandó aquella notita, ¿será que no sabe que Jennie gustaba de él? No lo sé. A las mañana estoy de mal humor y cuando Jason me pregunta que me pasa, yo no le respondo. No quiero que él se entere, no quiero que nadie se entere.
No creo que pueda seguir siendo amiga de Pierce, me duele demasiado que no sepa de mis sentimientos...
Cory, no quiero escribir más, sólo quiero ir a dormir, tengo mucho sueño.
Melanie


25 de diciembre de 1952

Cory: ¡Lo que pasó hoy es maravilloso! Por la mañana vino Pierce a mi casa a darme un regalo de navidad. Él sabe que no festejamos eso, pero dijo que venía porque me quería decir algo importante y además tenía ganas de darme un regalo. Nos sentamos a hablar en el porche de mi casa mientras tomábamos un chocolate caliente. Me dijo lo que yo tanto ansiaba oír, “¿Querés ser mi novia?” Creo que casi me muero. Por supuesto que le dije que sí, y nos tomamos de la mano hasta que tuvo que irse a su casa. Estoy muy feliz, creo que más de lo que mi pecho puede resistir.
Hoy me voy a dormir contenta.
05 de enero de 1953

Cory: ¡Qué raro escribir “1953”! Pasó muy rápido este año y más estos últimos días. Hoy es lunes y comenzaron las clases otra vez. A mí no me molesta, ya que voy a poder verlo a Pìerce más seguido. Por suerte, Susan y Jennie también están contentas de estar de novias. Me dí cuenta que hace mucho tiempo que no te cuento nada de Mary y eso es porque no tengo nada que contar. No sé qué le pasa que cada día está más retraída y menos peleadora. Yo por mi parte siento que mi vida está yendo muy bien.
¡Ay, pero qué cabeza la mía! Casi me olvido de contarte, Jason me dijo que no me acompañará más al colegio por la mañana. Hace unos días lo ví y cuando le dije que el lunes (refiriéndome a hoy) lo esperaba, me dijo “No, yo no te acompaño más, ¿no me dijiste que tenés novio?”. Yo quedé helada sin saber qué contestar, no esperaba una reacción así. Le dije que sí y me fui. ¿Qué otra cosa podía hacer? No sé qué le pasa que me habló así, pero lo que sí sé es que no quiero perder su amistad. Aunque parezca un loco, sé que es bueno y lo quiero mucho.
¡Ay, te tengo que contar algo más! ¡El día jueves 1 de enero Pierce y nos dimos nuestro primer beso! Fue una experiencia muy linda. Él vino a mi casa al mediodía a desearme feliz año nuevo y estábamos hablando en el porche, y me abrazó, me acercó su cara a la mía y nuestros labios se tocaron. Yo sentía mi corazón latir muy rápido, como si se me fuera a salir del pecho, y las manos me temblaban, y me abrazó y yo lo abracé. ¡Estaba tan nerviosa! Se alejó unos centímetros y me preguntó: “¿Estás bien? ¿Qué te pasa?” y yo le respondí que sí con un movimiento de la cabeza. No podía hablar. Nos quedamos abrazados hablando hasta las seis de la tarde que él tuvo que irse a su casa.
Cuando entré a mi casa, Prud (ahora que tenemos una mejor relación le digo así) me preguntó qué me pasaba porque estaba colorada. Le dije que nada. Me dio vergüenza contarle, pero quizás se dio cuenta sola.
Cory, me despido con felicidad, estos días han sido muy buenos.
¡Te quiero mucho!
Melanie
14 de enero de 1953

Cory: Hoy Pierce y yo nos peleamos. Fue una tontería pero me enojé. No quiere que siga siendo amiga de Jason. No entiende que lo conozco desde hace mucho y que nuestras familias son amigas y lo peor de todo es que últimamente no paso tanto tiempo con Jason. No sé qué le pasa, parece un loco. Yo lo quiero mucho pero él no es mi papá y no puede decirme qué hacer y qué no, ¿no? Espero que todo se solucione.
Aparte de todo este embrollo, ayer Susan y Jim rompieron. Susan me dijo que él es un tonto, que la molesta y no la deja estudiar por la tarde. No la veo triste, sino más bien aliviada. Si ella está bien, yo también. Al final de cuentas parece que el amor no es para siempre.
Melanie


15 de enero de 1953

Cory: Yo todavía no puedo creer lo que pasó hoy en el colegio. A la mañana cuando llegamos fui a saludarlo a Pierce, porque lo de ayer fue sólo una pelea. Cuando me acerqué se dio vuelta y se fue. Me dejó hablando sola. Para él fue más que una simple pelea, lo entendí en ese momento, pero ¡es un tonto! Que no seamos más novios por una pelea me parece ridículo. Pero si así lo quiere, así será. Estuve todo el receso llorando en el baño, por lo menos Jennie y Susan estuvieron conmigo para consolarme. Ahora que es de noche, estoy un poco mejor, pero no sé qué me pasará mañana cuando lo vea otra vez.
Melanie

31 de marzo de 1953

Cory: A Phil lo trasladaron a Nevada quién sabe por cuánto tiempo. Estamos todos un poco intranquilos. No sabemos cuándo va a poder visitarnos y si lo hace, no sabemos si va a ser al mismo tiempo que Rob. Hace unas semanas vino James a visitarnos, sin Rob, y él y mi hermana se pusieron de novios. Yo no podría estar más feliz. Yo sabía que mi hermana había tenido algunos novios fugaces, como Pierce y yo, pero parece que esto es serio. Me encanta, estoy muy contenta por ellos.
De mí no tengo nada para contarte, mi vida sigue más o menos igual.
Con amor,
Melanie


14 de septiembre de 1953

Cory: ¡Hace cuánto tiempo que no te escribo! Estoy contenta porque ya tengo 13 años. Ya soy casi una señorita. Como justo ayer fue domingo, no esperamos para festejar mi cumpleaños. A la tarde, por supuesto, vinieron Jennie, Susan y Jason. Él me regaló una cadenita preciosa, que dice “Mel”. Me encantó y la voy a usar siempre.
Me despido sin más nada para contar...
Melanie
7 de diciembre de 1953

Cory: Hoy es sábado y a la mañana, después de tanto tiempo, ¡vinieron Rob y James! Prud era la que más extrañaba a James, obviamente. Cuando está en Washington, él la llama todos los miércoles a las 8 en punto de la noche y se la ve a mi hermana desde las 7.50 sentada al lado del teléfono. Las primeras veces me causaba mucha gracia, pero luego ya no, me dio pena que lo extrañe tanto. ¡Y pensar que cuando yo me quería casar con él pensaba que eso era amor!
Phil llega mañana por la noche, después de tanto tiempo estaremos toda la familia junta. Hoy Prud y James estuvieron toda la tarde juntos y por la noche llegaron aquí Jason y sus padres, imagino que ellos también lo extrañan.
Por suerte, esta vez se quedarán una semana entera, estamos todos muy contentos y ansiosos.
Bueno, luego de este día con tanto movimiento, mi cuerpo me pide descansar. Será hasta la próxima.
Con amor,
Melanie


3 de mayo de 1954

Cory: Sí, ya sé. Hace mucho, muchísimo tiempo que no te escribo, pero no tenía nada relevante para contarte. Hoy, lunes 3 de mayo sí tengo una noticia importantísima. ¿Te cuento? ¡Prud y James se van a casar! Todavía no saben bien cuándo, pero este fin de semana James vino solo de Washington especialmente para proponerle matrimonio. En mi casa estamos todos eufóricos. Es algo hermoso. James va a ser mi cuñado, como mi tercer hermano. Ya le dije a Prud que puede contar conmigo para lo que necesite. Y quizás haga la torta para la fiesta. Mi mamá seguro prepara la comida y la mamá de James el vestido y el traje. ¡Todavía no lo termino de creer!
Bueno, mi amigo Cory, me voy a cenar que mi mamá nos está llamando.
Melanie


7 de noviembre de 1954

Cory: Ayer se casaron James y Prud. ¡No podríamos estar más felices por ellos! La ceremonia fue en salón cerca de mi casa, no fue religiosa pero la pasamos muy bien. Como ya tengo 14 años, mis papás me dejaron quedarme toda la noche y disfruté mucho de la fiesta. Con todos los preparativos, no tuve tiempo de escribirte ni siquiera cuando fue mi cumpleaños.
Te cuento del casamiento: A las ocho de la noche fuimos con mi familia al salón mientras James y Prud fueron al puente a sacarse la foto para enmarcar. Yo tenía puesto un vestido precioso que me hizo Madelaine (la mamá de James y de Jason) de color rosa pastel con mangas cortas, largo hasta la rodilla y con un listón violeta en la cintura. Me hubiera gustado no sacarme nunca el vestido, porque me encantó.
Bueno, llegamos al salón, recibimos a los invitados (familiares que hacía mucho tiempo no venía, la familia de Jason, algunos amigos de la infancia...) y cuando llegaron los novios nos dispusimos a comer. Bailaron el primer baile y fue hermoso. Yo estuve toda la noche con Jason, hablando y bailando y en un momento me dice: “Qué lindo que uses la cadenita que te regalé”. Parecía sorprendido. No sé por qué puede llegar a pensar que no la voy a usar, ya tendría que saber que lo quiero mucho. A la madrugada nos acompañó a mí y a mi familia a nuestra casa para llevar la comida que sobró. Obviamente Prud y James ya partieron a su luna de miel, fueron a California, ya que a James le gusta mucho la playa.
Phil y Rob sólo pudieron venir por el día de ayer, hoy por lo mañana y sin dormir partieron a destino. Me gustaría verlos más seguido. Phil ha cambiado muchísimo, casi no se puede creer. Está delgado, alto y guapísimo; más charlatán y carismático. Se convirtió en todo un hombre. Rob vino solo, pero por conversaciones que escuché al pasar, parece que en Washington conoció una chica que es su novia. No sé cómo la conoció y no quiero preguntarle porque pensará que soy una chusma.
Ahora me voy porque Jason me pasará a buscar para pasear en bicicleta. Te escribo pronto.
Te quiero mucho.
Melanie


20 de febrero de 1955

Cory: ¡Soy señorita! Sí, desde hoy a la mañana soy señorita. Me levanté temprano porque sentía un fuerte dolor de panza. No sabía qué era, por qué me dolía así, era un dolor que nunca había sentido. Fui al baño y encontré mi ropa interior manchada con sangre. En ese momento me dí cuenta qué era el dolor de panza que sentía. La desperté a mamá y me ayudó con el paño.
Estoy con dolencias pero contenta de empezar otra etapa en mi vida, de ser señorita. En mi casa ahora estamos sólo mis papás y yo, ya que obviamente Prud se fue a vivir con su marido (no estoy acostumbrada a decirlo así). Aunque estoy feliz por ella, me hubiera gustado que estuviera conmigo en este momento de mi vida. Ahora le escribiré una carta contándole. Espero que mi mamá le cuente a mi papá, ya que yo no lo haré, creo que es bastante natural que me de vergüenza, tenemos una muy buena relación pero sigue siendo mi padre. No puedo esperar hasta mañana para contarle a Jennie y a Susan.
¡Te quiero mucho!
Melanie


21 de febrero de 1955

Cory: Hoy me pasó algo muy gracioso. Por la mañana vino, como siempre, Jason a buscarme. Cuando él llegó le dije que no podía andar en bicicleta porque me sentía mal y me preguntó qué me pasaba. Yo no sabía qué contestarle, ¡me moría de la vergüenza! Le dije: “Me siento mal y punto... me duele todo el cuerpo” No supe qué más decirle, ¿acaso no se da cuenta cuando no tengo ganas de hablar? Me parece que pensó que yo me enojé, así que se bajó de la bicicleta y fuimos los caminando. Al llegar al colegio les conté a las chicas y Susan me dijo que no me preocupe por Jason, que los varones son despistados y no se dan cuenta de los asuntos de mujeres. Ella lo sabe porque tiene dos hermanos varones, una mayor y otro menor.
Cuando volvíamos, Jason me preguntó si ya me sentía mejor y le dije que sí, y por suerte no hizo más preguntas respecto al tema.
Hoy a la tarde me acordaba de cómo Jason y yo nos hicimos amigos y reía sola. Hace cinco años no me hubiera imaginado que “el hermano de James” y yo seríamos tan buenos amigos. Espero que seamos amigos por siempre.
Ya me voy a dormir.
Con amor,
Melanie


24 de febrero de 1955

Cory: Hoy, después de tanto tiempo, Pierce me saludó a la mañana. Yo me quedé boquiabierta, no podía creer que después de dos años me salude como si nada hubiera pasado. Yo lo saludé porque no soy como él. Espero que no haya rencores entre nosotros, lo de hoy me demostró que está madurando.
Sabés, hace un tiempo Jennie y Steven rompieron, me olvidé de contarte. Nunca me enteré muy bien por qué pero mi deber como amiga es sólo estar y ayudarla, y eso hago (por lo menos trato).
De mi familia, no hay noticias nuevas.
Te quiero mucho.
Melanie
1 de enero de 1956

Cory: Siento que viví y estoy viviendo en un sueño. Ayer Jason y yo nos besamos. Él vino a mi casa a desearnos un feliz año nuevo y salimos al porche a conversar. Pasó un buen rato y cuando me quise dar cuenta estábamos sentados agarrándonos las manos. Lo miré a los ojos y me perdí en ellos. Vi el amor que siempre me tuvo y que siempre ocultó. Vi por qué nunca tuvo novia y por qué siempre fue mi amigo. Vi por qué siempre me quiso, por qué me dio esos regalos de cumpleaños, por qué se alejó cuando era novia de Pierce. Vi el amor que me tiene. Perdida en sus ojos, le dije: “Vos me querés, ¿no?” y me respondió que sí. Se acercó y me dio un beso. El corazón se me aceleró y no pude evitar que una lágrima se me escapara. Jason me dijo: “¿Qué pasa, estás bien? ¿Por qué llorás?” y yo le dije: “Estoy bien, lo que pasa es que estoy muy contenta, pero también estoy triste por no haberme dado cuenta antes de que me querés y de cuánto te quiero yo” y creo que es por lo que me respondió que sé que lo voy a amar por siempre, “Por eso no te preocupes, ahora estamos juntos y eso es lo único que importa”.
Hoy a la tarde les dijimos a mis padres y a los de él que estamos de novios. Los cuatro de pusieron muy contentos y dijeron que ya se lo imaginaban. Yo me pregunto cómo puede ser que todos se hayan dado cuenta menos yo. Sin embargo y más allá de eso, estoy feliz, soy feliz; siento que esto es para siempre, quiero que sea para siempre.
Como siempre que me pasa algo trascendente, le escribí una carta a Prud, quien, me olvidé de contarte, está esperando su primer hijo. Y Rob parece que se casará muy pronto con la chica que conoció en Washington, espero conocerla pronto.
Cory, me despido con TE QUIERO enorme.
Melanie
22 de septiembre de 1956

Cory: ¡Ya soy tía! Mi sobrinita, Valerie Walsh, nació el día 21 de septiembre de 1956. No podría estar más feliz. Mamá se fue hace ya unos días a Washington para hacerle compañía a Prud desde unos días antes del nacimiento, para ayudarla. Llamó por teléfono hoy por la mañana, Jason también muy feliz. Ya encontraremos algún día para ir a visitarlos.
Melanie

14 de septiembre de 1957

Cory: Ayer cumplí 18 años. Ya soy una mujer y Jason ayer mismo me propuso casamiento. Todavía no sé cuando será, pero lo que sí sé es que será. Me casaré y estoy desbordando alegría.
Te quiero,
Melanie


10 de enero de 1958

Cory: Mañana es el gran día. Sí, mañana me caso. Todavía estoy como en las nubes, no puedo creerlo. Te podrás imaginar que Madelaine me hizo el vestido y mi mamá preparó la comida. Mi papá se pondrá el mismo traje de siempre y mi mamá le hizo unos retoques a su vestido. Jason no me quiso mostrar cómo es el traje que usará, dice que quiere que sea una sorpresa. Mis hermanos, los tres, llegaron hoy por la tarde y pasado mañana ya tienen que volver. Pero hoy soy feliz por todo lo que me está pasando, y mañana también estaré feliz.
El 12 a la mañana partimos en tren a Miami. Un amigo de la infancia de Jason tiene una casita allí y nos la prestará por la semana de la luna de miel. Imaginarás que no puedo llevarte conmigo pero prometo que cuando vuelva te cuento todo lo vivido allí.
Estoy muy nerviosa, espero poder dormir a la noche... pero tengo que intentarlo para mañana estar con buena cara.
¡Te quiero!
Melanie


22 de enero de 1958

Cory: ¡Ya volví de mi luna de miel! Pasamos una semana espléndida. Fuimos a la playa, tomamos sol, comimos helado (a pesar de que hacía un poco de frío, pero no demasiado) y disfrutamos de nuestras primeras vacaciones juntos.
Te cuento desde el comienzo: El 11 tuvimos una ceremonia hermosa. Al terminar fuimos a un hotel cerca de aquí a esperar que sea la mañana para tomar el tren. Después de un viaje de 22 horas, llegamos a destino. Bajamos con las valijas y nos tomamos un taxi hasta la casita. Acomodamos un poco la ropa y fuimos a desayunar. Paseamos, almorzamos y volvimos a dormir un poco a la tarde. A la noche salimos a cenar y regresamos. Esa noche hicimos el amor por primera vez. Fue algo tan maravillo que es indescriptible. Estuvimos toda la semana y después volvimos.
Pasamos una semana fantástica, no puedo sentirme más feliz de haberme casado con Jason, lo amo con toda mi alma.
Ahora, me despido así preparo la cena.
P.D: Te dejo nuestra foto de la luna de miel, espero que sea la primera de muchas vacaciones juntos.

Melanie


15 de mayo de 1959

Cory: Me cuesta un poco acostumbrarme a estar sola, a coser todo el día y cocinar por la noche, pero me gusta la vida de casada. Algunos días a la semana viene mamá a hacerme compañía y siempre me da algún consejito (sobre qué, no importa, ella sabe un poco de todo).
Jason llega por la noche y a veces está de mal humor, cansado del negocio. Pero cuando no está cansado, la pasamos muy bien juntos. Nos reímos, charlamos hasta la madrugada, nos quedamos escuchando la radio abrazados. Me gustaría que eso pasara más seguido, pero yo sé que la vida no es color de rosa, hay que sobrellevar tanto lo bueno como lo malo. A veces se enoja por cualquier pavada pero yo sé que en realidad no está enojado sino que está cansado. Y como esposa tengo que apoyarlo.
Ahora me voy a preparar la cena.
Melanie




11 de enero de 1959

Cory: Hoy cumplimos un año de casados. Este año ha sido un poco difícil, ya te conté, pero ¡es nuestro primer aniversario! Hace alrededor de una hora Jason se fue al negocio, pero prometió llegar temprano, espero que así sea.
Mi querido amigo, a veces olvidado, no sabés lo feliz que estoy.
Con amor,
Melanie

4 de marzo de 1959

Cory: Sigo aburriéndome bastante aquí sola y pensando se me ocurrió algo... ¿sería pecado si quisiera ir a la universidad? Jennie y Susan lo hacen y las pocas veces que nos vimos desde que ingresaron me contaron que es una experiencia muy linda, y a mí siempre me gustó mucho el estudio. Me parece que hoy a la noche le contaré mi idea a Jason.
Con amor,
Melanie


5 de marzo de 1959

Cory: Quizás fue una mala idea contarle eso a Jason. No quiere que vaya a la universidad. Aunque le dije que no es obligatorio vivir en el campus, no quiere. Jason se enojó mucho ayer, creo que nunca lo vi tan enojado. Él quiere me quede aquí en casa, haciendo las tareas domésticas, pero creo que si sigo así me voy a volver loca. Necesito salir y estar con otra gente.
Melanie


6 de marzo de 1959

Cory: Ayer Jason me trajo una cajita de bombones, me pidió perdón por haberse enojado tanto, que exageró. Me dijo que no quiere perderme pero que prefiere que me quede en casa, que si estoy aburrida me encontrará una tarea para hacer. Lo perdoné, no fue tan grave lo que pasó, esperemos que me encuentre una tarea divertida.
Melanie
1 de agosto de 1959

Cory: ¡Creo que hoy es el día más feliz de mi vida! Hace un rato volví del doctor y ¡estoy embarazada! Me parece casi increíble... Espero que Jason llegue temprano y de buen humor para contarle la buena noticia.
Te escribí porque siento tanta felicidad que necesitaba hacer una descarga, ya que no le quiero contar a nadie antes que a Jason.
Te quiero.
Melanie


2 de agosto de 1959

Cory: Hoy no estoy bien. Ayer Jason vino malhumorado del trabajo y no tomó muy bien la noticia. Me dijo que cómo podía haber pasado, que somos muy jóvenes para ser padres, que un hijo nos perjudicaría en estos momentos, que no quería compartirme. Yo no pude contener mi llanto. ¿Cómo pudo decir esas cosas tan horribles? No lo entiendo, yo estaba tan feliz...
Como yo no paraba de llorar, agarró su almohada y se fue a dormir al sillón y hoy a la mañana no escuché cuando partió al trabajo. Espero que hoy a la noche vuelva con otra actitud, todavía no puedo creer lo que pasó ayer.
Mañana te escribo y te cuento.
Melanie


3 de agosto de 1959

Cory: Como te prometí ayer, hoy te vuelvo a escribir. Jason llegó temprano, me trajo un ramo de flores y ropita de bebé que compró. Me pidió perdón, me dijo que reaccionó así porque estaba cansado, que estuvo mal y que no volverá a pasar. ¿Por qué no habría de creerle? Ya me imaginaba yo que él no podía decirle que no a un hijo. Y mientras estábamos cenando me dijo: “Entonces ahora no vas a empezar la universidad, ¿no?” Le dije que no, obviamente. De todas formas, no iba a empezarla, ya que él meses atrás ya me había dicho que no quería.
Me gustaría que sea nena, quiero tener una pequeña señorita en mi casa.
Te quiero.
Melanie


12 de enero de 1960

Cory: Ayer fue nuestro segundo aniversario. Mi panza ya se empezó a notar y mi bebé ya pateó algunas veces. En realidad no hay nada específico que quiera contarte, pero no quería dejar pasar una fecha importante sin escribirte. La relación con Jason sigue igual que siempre, a veces está de mal humor, pero después se le pasa y me pide perdón. No veo razón para no perdonarlo, si es mi esposo y me ama. Y estoy muy feliz con él y con la familia que estamos formando.
Me despido así voy a preparar la cena.
Melanie


11 de marzo de 1960


Cory: ¡Quería contarte que ya soy mamá! El lunes 7 de marzo de 1960 nació Carol Brittany Walsh, con 3kg 850 gr. de peso y 47 cm. de largo. Jason se tomó esta semana de vacaciones para poder estar con nosotras, volvimos a casa ayer por la mañana y estamos todos muy contentos. Carol ya recibió regalos de sus abuelos, de sus tíos, de sus primas, de los vecinos. La Sra. Smith que vive a dos casas le hizo ropa de cama, como es costurera no le costó prácticamente nada y además le salió preciosa. Mi mamá ya le hizo un montón de ropita y mis hermanos se encargaron de mandarles dinero a mis padres para que nos compren los muebles de la habitación.
Hoy por primera estamos los tres solos, ya que en el hospital y ayer aquí en casa tuvimos visitas. Ahora Jason y Carol está durmiendo una siesta y yo aproveché este tiempito para escribirte. Te diré que ahora, realmente, no puedo ser más feliz. Creo que no conocía la felicidad y el amor eterno hasta que la tuve a Carol en mis brazos...
Ahora, yo también voy a dormir una siesta, que seguramente en una hora tendré que darle de comer.
Melanie


4 de abril de 1960

Cory: Necesito descargar mi tristeza. Me siento desbordada. A veces siento que desde que nació Carol, Jason no me deja en paz. Ayer tuvimos una discusión horrible. Él llegó de trabajar y mientras estaba terminando de poner la comida en la mesa, Carol se despertó y fui a atenderla. Cuando volví al comedor, Jason me dice: “¿Siempre se tiene que despertar cuando me tenés que atender a mí? ¿Acaso lo hace apropósito?”, yo le respondí: “Pero, ¿me estás hablando en serio? ¿Cómo una nena que no tiene un mes de vida va a hacer algo a propósito?”. Entonces, me dijo que no podía ser posible, que yo lo tenía que atender a él cuando llegaba de trabajar, que haga algo para que Carol no se despierte cuando él llega, que piense lo que digo antes de hablar y que piense lo que hago. Todavía me preguntó por qué no me callé la boca. Y también me pregunto qué le pasa a Jason, cómo es posible que piense así. A la mañana se fue al trabajo y no me saludó. No sé qué pasará hoy a la noche.
Te quiero, y me alegra tenerte como amigo.
Melanie


7 de abril de 1960

Cory: Estos días no la he pasado bien. Jason sigue enojado, estos días no me saludó ni al irse por la mañana ni al llegar por la noche. Mañana por la noche vienen mis padres a cenar y no quiero que nos encuentren así. Yo le hablo y no me responde, apenas si la salud a Carol. ¡Ay, lo que daría por no sentir este dolor en el pecho!
Te escribo pronto.
Con amor,
Melanie

11 de abril de 1960

Cory: Hoy ya es lunes, el fin de semana no pude escribirte porque estuvimos paseando. Por suerte a Jason se le fue el enojo que tenía. El viernes por la noche me trajo un ramo de flores y una caja de bombones. Me pidió perdón y me dijo que no quiere ser tan temperamental, que él nos ama a mí y a Carol, que por favor lo perdone. ¿Cómo no hacerlo? Lo vi tan arrepentido, con las flores preciosas que me trajo, y sé que nos ama, sólo que a veces no sabe demostrarlo y está muy cansado por el trabajo. Nos contentamos y alrededor de una hora después llegaron mis papás y pasamos una noche espléndida. Y un fin de semana espectacular.
Ya me despido que tengo quehaceres del hogar que no puedo postergar.
Te quiero.
Melanie

17 de mayo de 1960

Cory: Me gustaría contarte cosas lindas más seguido. Lamentablemente, hoy, una vez más, no te escribo por eso. Ayer Jason estaba más malhumorado que de costumbre cuando terminamos de comer, la acosté a Carol y me acerqué para darle un beso, quería que no estuviera más enojado. Él no quiso y, sin querer, me empujó y caí al piso. Tengo en la espalda un moretón. Espero que haya sido sin querer, que no sea sólo una idea mía. Me ayudó a levantarme y me dijo que me acueste. Durmió en el sofá. Y hoy a la mañana no me saludó al irse. No sé qué le pasa, no sé por qué está enojado conmigo. Creo que si tuviera a Carol, me desarmaría aquí mismo.
Melanie


18 de mayo de 1960

Cory: ¡Ayer a la noche Jason llegó con un ramo de flores, una caja de bombones y un tapado nuevo! Yo no lo podía creer. Me pidió perdón, me dijo que no había tenido intenciones de empujarme, que no sabe qué haría sin mí, que me ama y que ayer no durmió conmigo porque sintió vergüenza de lo que pasó. Me dijo: “Mi amor, ¿cómo voy a estar enojado si el que cometió el error fui yo? Te pido perdón y te prometo que no voy a estar más de mal humor y que vamos a salir a pasear con Carol”, yo lo único que le respondí fue: “Yo te perdono pero vos prometeme que no lo vas a ser más así de brusco”. Se resolvió todo para bien y confío en que llegaremos a ser ancianos juntos.
Este sábado a la tarde vienen Susan y Jennie y estoy muy contenta y ansiosa por eso.
Te quiero.
Melanie

23 de mayo de 1960

Cory: El sábado pasamos una tarde hermosa con las chicas. Jason estuvo muy animado hablando y me ayudó a cocinar a la noche. Ésta es la faceta de él que extrañaba, me alegra que haya resurgido. El domingo por la tarde nos fuimos los tres de picnic y fue otra tarde hermosa, aunque con un poco de frío.
Te escribo pronto,
Melanie


17 de junio de 1960

Cory: Las cosas no están bien de vuelta. Jason está siempre volviendo malhumorado del trabajo y a veces siento que no quiero que vuelva. Sé que está mal, pero no me gusta que siempre se queje de todo y que todo lo que hago le parezca mal. Ayer a la noche me dijo que la comida que hice estaba horrible y que nunca más prepare así el pollo. Me habló en tal tono que me asusté. Me dí vuelta y me fui a recostar. Al rato lo sentí subir y me hice la dormida. Me acarició la espalda y el pelo, me pidió perdón, pero cuando vió que no me desperté se durmió. Ahora me siento mal por haberlo engañado. Ojalá que hoy a la noche venga de buen humor.
Melanie


18 de junio de 1960

Cory: ¡Ayer tuvimos la más maravillosa noche! Jason llegó y prendió algunas velas, puso música y bailamos hasta muy tarde. Aprovechamos que Carol seguía dormida y comimos los dos solos, y nos besamos apasionadamente, como cuando éramos novios. Me sentí muy bien ayer, y me prometió no volver más de mal humor, me dijo “Mel, te prometo que a partir de mañana mi mal humos y resentimientos se quedan en el trabajo” ¿No es un divino? Lo amo, y ayer me acordé por qué lo amo tanto, algo que en los últimos meses habíamos perdido.
Hoy estoy muy feliz.
Melanie


30 de junio de 1960

Cory: Ayer pasó algo horrible. Jason te rompió. Llegó del trabajo cansado y enojado con no sé qué cliente y, como siempre, la terminé pagando yo. Se puso a gritar por todo y por nada a la vez, subimos al cuarto y cerré la puerta para que Carol no escuche. Cuando me dí vuelta estaba vaciando todos los cajones y tirando todo al piso. Encontró un cuaderno gordito y negro, y me preguntó qué era. Le contesté: “Mi diario íntimo, si siempre supiste que tengo uno”. Ser rió descaradamente y me dijo: “¿No te parece que estás un poco grande para tener un diario íntimo?” Entonces te abrió, arrancó un par de hojas y te tiró al tacho de basura. Yo me puse a llorar y salí de la habitación, fui al jardín. A llorar en la noche. Cuando entré, Jason ya estaba acostado y dormido como un bebé. Te agarré, te limpié un poco y te arreglé como pude.
No sé cómo pudo hacer una cosa así... cada día aguanto menos sus momentos temperamentales...
Te escondí en la pieza de Carol, así no te puede encontrar más. Y voy a escribirte cuando él esté en el trabajo. Será nuestro secreto.
Ahora me siento un poco mejor al haberme sacado un poco de encima este peso.
Melanie


1 de julio de 1960

Cory: Ayer Jason me pidió disculpas, como siempre. Me trajo un ramo de flores y me dijo: “Si es tan importante para vos, dámelo que te lo arreglo”. Le dije que te había dejado en la basura y que no iba a tener más un diario íntimo. En este cuaderno guardo mi infancia, no lo voy a perder por algún otro enojo de él. Me rehúso a eso.
De todas formas, ayer a la noche la pasamos bien y estuvo de buen humor.
Melanie


14 de septiembre de 1960

Cory: ¡Ayer cumplí veinte años! Es mi primer cumpleaños como mamá y estoy muy contenta. Recibí el llamado de mis hermanos, que se encuentran bien, y de Susan y de Jennie, por supuesto. Vinieron a cenar mis padres y mamá preparó una torta deliciosa.
Jason me regaló un anillo de diamantes, estoy fascinada. Cuando me lo dio, me dijo: “Esto es por todos los dolores de cabeza que te dí, te prometo que voy a tratar de cambiar. Te amo”. ¿Quién puede resistirse a eso? Cuando quiere, me gana el perdón con sólo una mirada.
¡Feliz cumpleaños a mí!
Melanie
10 de abril de 1961

Cory: Estoy muy angustiada porque ayer le dije a Jason que quería invitar a Jennie y a Susan a casa ya que hace mucho tiempo que no las veo y no quiere. Me dijo que no hacía falta, que podía hablar con ellas por teléfono, que el quiere el fin de semana para descansar y no para llegar y encontrarse con “esas feministas” en su casa para tener que atenderlas, y no me acuerdo cuántas otras cosas más. Obviamente yo no las puedo invitar si él no quiere, pero me gustaría que se pudiera llevar bien con mis amigas. De todas formas, hoy a la noche las llamaré por teléfono aunque sea para saludarlas y saber cómo están.
Melanie


13 de abril de 1961

Cory: No sé qué hacer... Ayer en la cena Jason me dijo que quiere tener otro hijo, que quiere criar un varoncito. Yo no quiero, y no sé cómo decírselo, ya que no quiero que se enoje y tener que aguantar alguna rabieta. No quiero tener otro hijo que tenga que escuchar cómo Jason grita y está siempre de mal humor. Además, Carol es muy chiquita todavía como para tener un hermanito. No sé qué hacer.
Te escribo pronto si encuentro alguna solución.
Melanie


17 de abril de 1961

Cory: Ayer hablé con Jennie y me dio la respuesta a mi problema. Se llaman “pastillas anticonceptivas”. Son unas pastillas que tenés que tomar una por día y evitan que quedes embarazada. Me dijo que te las tiene que dar el médico pero que las que le dé a ella me las va a traer así Jason no sospecha nada. Me dijo que son completamente seguras ya que ella las toma. Ahora me siento un poco más tranquila ya que encontré una solución, espero que Jennie me las traiga rápido...
Melanie


6 de mayo de 1961

Cory: Ayer pasó algo que no pensé nunca que podía a pasar. Me da un poco de vergüenza hasta escribirlo... Pero necesito descargarme este dolor, esta angustia.
Ayer Jason, después del trabajo, se fue con un empleado y un cliente a beber unas copas y llegó borracho. Cuando llegó, pasada la medianoche, estaba determinado a tener un hijo. Yo le dije que esa no era hora de intentar... pero a él no le importó. Me dijo que yo soy su esposa y tengo que cumplir el deber de una esposa, darle al menos un hijo varón. Y, bueno, no me dejó negarme. Hoy a la mañana no pude ni mirarlo cuando me levanté. Dormía la borrachera y roncaba como un león. Todavía no se levantó y no sé qué pasará cuando lo haga. Yo, por ahora, aprovecho el día precioso de primavera para jugar con Carol en el jardín.
Lo único que puedo agradecer es que Jennie es una buena amiga y me trajo las pastillas dos días después de que hablamos. Espero estar protegida.
Melanie


8 de mayo de 1961

Cory: Aprovecho para escribirte que Carol duerme la siesta. El sábado Jason se levantó después del mediodía y, obviamente, con un dolor de cabeza terrible. Se dio cuenta que yo no podía ni quería ni mirarlo ni hablarle y me preguntó por qué, qué me pasaba, a lo cual sólo pude responderle: “¿Acaso no te acordás lo que hiciste cuando llegaste?”. Y vi en sus ojos cómo recobró la memoria de la borrachera. En ese preciso momento me dí vuelta y no volví a hablarle en todo el día. El domingo se levantó temprano, me preparó un baño de espuma, me hizo el desayuno y me pidió perdón. Y a la tarde me compró un ramo de flores. Creo que con sus ramos ya puedo hacer un jardín. Y no sé si pueda perdonarlo por esto, realmente no lo sé. Yo lo amo, pero se convirtió en una persona totalmente diferente a la persona con la cual yo me casé. Quizás no lo amo a él, sino que amo a la persona que solía ser antes de casarnos.
Por ahora, estoy tratando de disfrutar cada día que tengo con mi hija.
Melanie
2 de junio de 1961

Cory: Hace ya un tiempo que no te escribo y quería contarte que las cosas han cambiado. Jason está de buen humor, todos los días trata de llegar temprano, juega con Carol y está muy cariñoso conmigo. Y le volvió a gustar mi comida. Siento que por fin recuperé al hombre con quien me casé, el que siempre soñé que sería el padre de mis hijos. Siento que por fin recuperé el matrimonio que éramos cuando recién nos casamos, el matrimonio que quiero que seamos.
Te quiero.
Melanie
5 de julio de 1961

Cory: Ya no sé qué hacer... no sé que pensar... no sé qué sentir... Ayer... ay, ¿cómo escribirlo si ni siquiera puedo pensarlo? Bueno, ayer Jason no se controló. Vino enojado, por algo del trabajo, y acá en casa se enojo más porque la cena que preparé no era lo que él quería y... no sé cómo decirlo, no se controló. Me pegó. No sé si decirlo así, sé que él no quiso, pero me lastimó. Tengo moretones en la espalda y uno en el ojo. Me duele demasiado pero no físicamente, me duele el corazón. No lo entiendo, yo estaba tirada en el piso y a él no le importó, no lo entiendo realmente. Yo... ay, yo lo amo. No sé qué hacer. En lo único que pienso es en Carol y agradezco que estaba dormida en su habitación y no me escuchó llorar. Necesitaría de un abrazo hoy, pero nadie puede enterarse de esto, estoy muy avergonzada por lo que pasó.
Melanie


6 de julio de 1961

Cory: Ayer a la noche Jason vino con un ramo de flores y una caja de bombones. Me pidió perdón, hasta se puso a llorar. Me dijo que no sabe qué le pasó, que un cliente le colmó los nervios, que no se va a descargar más sus enojos en mí. Nunca lo había visto llorar y sé que fue sincero. Sé que me ama y como su esposa tengo que estar junto a él en los días buenos y en los malos también. Soy su esposa y ése es mi deber.
Además, ayer a la noche y hoy a la mañana fue el mismo de siempre y confío en que aprenderá de su error.
Melanie


8 de agosto de 1961

Cory: Estoy muy angustiada. Ayer Jason me echó de la cama. Estábamos por dormir y me preguntó si quería hacer el amor, él quiere tener un hijo varón. Le dije que no... y me arrepentí. Me agarró del pelo y me arrastró por las escaleras hasta el sillón. Me dijo: “Hoy vas a dormir ahí, pensá en lo que hiciste y recapacitá”. Y, bueno, tuve que dormir allí. Espero que hoy venga de buen humor.
Melanie


9 de agosto de 1961

Cory: Como siempre, ayer Jason me pidió perdón. Y, como siempre, me trajo flores. Y, como siempre, yo lo perdoné.
Pero estoy contenta porque el sábado próximo vendrán Jennie y Susan, espero que Carol pueda decir sus nombres.
Te quiero.
Melanie
15 de abril de 1962

Cory: La verdad es que no tengo muchas ganas de escribir, estoy muy triste. Hace 5 días mis papás iban camino a Nevada a visitarlo a Phil y tuvieron un accidente con el auto. Chocaron y murieron al instante. Nadie sabe bien cómo fue, pero lo importante es que sucedió y yo no podría estar más triste. Agradezco tener a Carol y que ella me ayude a sonreir un poco durante el día. Jason se ha portado de maravilla y ha sido un verdadero soporte para mí. En estos momentos no sé qué haría sin él.
Te quiero.
Melanie


3 de agosto de 1962

Cory: La relación con Jason sigue igual que siempre. Tenemos nuestros días buenos y nuestros días malos. Pero por suerte, no tan malos como alguna vez fueron.
Carol está cada día más grande. No tengo mucho más para contarte y creo que eso es bueno, significa que mi vida está bien, que no estoy ni triste ni angustiada, así que estoy contenta que no tengo nada más para contar.
Te quiero.
Melanie


7 de abril de 1963

Cory: Las cosas no podían estar bien infinitamente, ¿no? Hace unos días pasó otra vez. Jason vino enojado del trabajo y se olvidó de todas las promesas que me hizo. Esta vez no pude resistirlo y me desmayé. Me desperté cuando Jason me llevó a la bañera a mojarme un poco la cara.
Por ahora los golpes me los puedo aguantar, pero me este fin de semana iban a venir las chicas y las tuve que llamar para cancelar. Les dije que nos íbamos de vacaciones. Espero que me hayan creído. Pero no podía permitir que me vieran así.
Carol me preguntó qué me había pasado y le dije que me golpeé con la puerta a la noche. Menos mal que todavía es chiquita y me creyó.
Te quiero.
Melanie







23 de noviembre de 1963

Cory: No puedo creer lo que pasó. Asesinaron al presidente Kennedy. Estaba de visita a unos pocos kilómetros de aquí paseando en el auto y lo mataron a sangre fría. En la radio y en la televisión es lo único que se oye, todo el país está conmocionado, incluyendo esta casa.
Melanie

12 de enero de 1965

Cory: Ayer fue nuestro quinto aniversario, y cada año que pasa me cuesta más fingir felicidad al festejarlo. Y me cuesta más hacer las cosas que Jason quiere que haga. Siento que me da asco tocarlo, que no quiero. Pero prefiero eso a que se enoje. Y menos si Carol está en la habitación de al lado.
¡Me acuerdo cuando te contaba estas cosas con felicidad! ¡Cómo extraño esos días...!
Te quiero.
Melanie


9 de abril de 1965

Cory: Hoy no te voy a hablar de Jason. Hoy estoy preocupada por mis hermanos y por James, y Prud también lo está. En la radio y en la televisión dicen que hay que luchar en Vietnam, un país del que nunca había oído hablar siquiera. Que los soldados tienen que ir, que es prácticamente una guerra. El presidente Johnson nos hizo entrar en guerra con Vietnam. No lo puedo creer Todavía no sé qué pasará pero estoy muy preocupada por mis hermanos.
Te quiero.
Melanie


16 de abril de 1965

Cory: Hoy recibí una carta de Phil diciéndome que partirá hacia Vietnam. No sé bien qué está pasando y si él lo sabe no me lo dijo. Lo único que espero es que vuelva bien y que no le pase nada malo.
Melanie





18 de abril de 1965

Cory: Hoy me llamó Rob para decirme él también partirá a Vietnam y todavía no lo puedo creer. No puedo creer lo que está pasando. Jason me dice que no me preocupe pero yo no puedo estar tranquila. Además James también irá, no sé cómo él no está preocupado, sé que Madelaine sí lo está.
Melanie


6 de diciembre de 1965

Cory: Estos meses han sido muy duros. No tenemos muchas noticias de mis hermanos, las castas que nos envían son muy espaciadas y hay algunas que no llegan. Todos los días hablo con Prud, ella está sufriendo más que yo, ella extraña a su marido. Y las cosas que pasan y dicen en la televisión y en la radio no se pueden creer. Gente de civil con granadas, soldados americanos
[3] que roban, violan y dejan compañeros atrás, vietnamitas desnutridos y niños muertos por la lucha. Todos los días le pido a Dios que cuide a mis hermanos y a James.
Espero que todo salga de la mejor manera posible.
Melanie


3 de enero de 1966

Cory: Ayer nos llegó una carta de Rob contándonos que Phil murió en combate. Estamos desvastados. Todavía no lo puedo creer, pienso que en cualquier momento Phil entrará por la puerta diciéndonos que fue una broma. No quiero perder a nadie más de mi familia.
Con la Sra. Smith (mi vecina) estamos cosiendo cuanta ropa podamos para enviarles, espero que les sirva.
Melanie


23 de marzo de 1967
Cory: Este último año y medio ha sido definitivamente el pero de mi vida. No saber me angustia y siempre espero con ansias la próxima de Rob diciéndonos que se encuentra bien. Pero hoy pasó algo que no sé si me alegra o me entristece, llegó la siguiente carta:
USA Army
Sr. Jason Walsh, le comunicamos que debido al enfrentamiento en Vietnam y a la falta de soldados a raíz del mismo, está siendo llamado a luchar en combate, valiéndonos de las medidas dispuestas por el Sistema de Servicio Selectivo (Selective Service System) y el Acta del servicio militar selectivo (Military Selective Service Act).
Deberá presentarse el día lunes 3 de abril en la calle 18, número 465, Washington D.C. para partir a Vietnam el día 16.
Lo veremos pronto,
Saluda atentamente,
Lewis Blaine Hershey
A la noche cuando llegue Jason se la daré y veré qué hace.
Melanie


25 de marzo de 1967

Cory: Jason partirá la semana próxima. Me dijo que siempre quiso entrar en la milicia pero que por el negocio no pudo. Yo no se lo voy a impedir, que haga lo que quiera, ¿no?
Melanie


2 de abril de 1967

Cory: Jason ya partió a Washington. Estoy preocupada por él pero al mismo tiempo me siento aliviada. No voy a tener que preocuparme más por preparar algo que le guste para comer o de hacer cosas que no quiero. Sin embargo, yo lo sigo amando, es mi esposo y quiero que vuelva sano y salvo.
Melanie


15 de mayo de 1967

Cory: Ayer recibí esta carta de Jason:

Querida Mel: Aquí las cosas son muy duras. Apenas desembarcamos había una cámara filmándonos para la televisión. No puedo entender tanta frialdad, ¡Estamos en guerra, carajo! Hasta ahora no vi ni a Rob ni a James, y los soldados con los que estoy no los conocen. Pero sí conocieron a Phil. Me contaron algunas cosas que eran típicas de él y dijeron que murió como un verdadero hombre. Por suerte, la comida no nos falta, pero hace mucho calor y eso a veces te afecta. Espero que vos y Carol estén bien. ¡Cómo la extraño a esa niña! Es la luz de mis ojos y es muy raro no verla todos los días. Espero me escribas pronto, mi amor.
Te ama,
Jason

Me siento aliviada, me siento libre... y me da culpa sentirme así. Le respondí en el momento y ya envié la carta. Le conté que estamos muy bien y le pedí que me avisara si sabía algo de Rob y de James, ellos seguro están juntos.
Espero enterarme pronto...
Melanie


21 de mayo de 1967

Cory: Llegó una carta de Rob diciéndonos que él y James están bien. Prud y yo ya nos quedamos más tranquilas. Mientras, con la Sra. Smith (mi vecina) estamos cosiendo ropa para ayudar desde nuestro lugar y además algunas las vendemos, ya que el dinero nunca alcanza.
Melanie


6 de junio de 1967

Cory: Hoy recibí otra carta de Jason:

Querida Mel: ¿Cómo estás, mi vida? ¿Cómo anda mi nenita? Aquí para nada bien. No se puede dormir, de noche parece de día a causa de los disparos y las bengalas. Y cuando uno se duerme es debido al agotamiento. Ayer a mi compañero Michael lo hirieron. Navegábamos en el barco y comenzaron a lanzar flechas, y una le pegó. Lo llevamos a la sala de primeros auxilios más cercana, pero no sabemos si sobrevivirá. Esto es terrible, vemos la muerte todos los días, de un lado y del otro y parece que sólo la consideramos terrible cuando está del nuestro.
Mi amada, no sabés cuánto te extraño. Y a Carol también. Contame cómo están tus cosas, qué palabras nuevas inventa mi nena, necesito recordarlas más que nunca.
Espero volver pronto.
Te ama,
Jason

¡Ay, cómo lo extraño! Éste es el Jason que amo, el dulce, el cariñoso, el que me ama. Me gustaría que sea así cuando está aquí.
Ahora le escribiré la respuesta. Carol sigue inventando palabras como siempre, mezclando los nombres de los animales y haciendo payasadas. Le va muy bien en el colegio, se parece mucho a mí. También le contaré que hago ropa para venderla. Y espero no olvidarme de contarle que Rob está bien.
Melanie


27 de junio de 1967

Cory: Acá está la última carta de Jason:

Querida Mel: ¡Me alegro mucho que hayas tenido noticias de Rob! Hace unos días conocí a un muchacho que estuvo con él en una misión, así que quizás en algún momento pronto lo vea.
Las cosas que me contás son típicas de Carol, y las extraño mucho. Mel, si necesitás dinero pedile a mi mamá, ella no va a tener problema en dártelo. No quiero que gastes tu energía en coser ropa para los demás, prefiero que me cosas ropa para cuando regrese.
Te ama,
Jason

¿Viste? Que no piense que me voy a quedar sentada esperando. Durante estos años con él perdí y dejé de lado muchas partes de mí, y ahora las pienso recuperar. Él se enamoró de mí, no de esa ama de casa retraída en la que m convertí.
Ya le contesté y le escribí que voy a seguir trabajando ya que su madre necesita su dinero. Estando lejos tendrá que aceptar mis decisiones.
Melanie


10 de julio de 1967

Cory: Jason tuvo que aceptar lo que yo piense y aquí está la prueba:

Querida Mel: Por favor no me malinterpretes, sólo quería ayudarte. Si pensás que lo mejor es trabajar, hacelo.
En la próxima carta por favor contame más de Carol, que la extraño mucho, y decile que me encantó el dibujo que me mandó en la anterior, que lo llevo conmigo siempre, que me haga otro.
Mel, me cuesta mucho estar aquí, no pensé que sería tan duro. No quiero ponerte triste ni algo parecido, pero quiero contarte muchas cosas. No se puede estar tranquilo ni un momento. Cada vez que caminamos por la selva hay que mirar con los ojos e intentar que nos salgan otros 4 pares más. Hay estacas en el piso y nos atacan por todos lados.
Espero sobrevivir.
Mandale saludos a mi nena, y decile que la quiero mucho.
Te ama,
Jason

Carol le hizo un dibujo hermoso a su padre, claro que ella no sabe las barbaridades que están sucediendo. No la dejo mirar la televisión para que no se preocupe por Jason.
Yo, por mi parte, sigo cosiendo.
Melanie


12 de julio de 1967

Cory: Llegó carta de Rob. Que está con James y que está bien, que no nos preocupemos. Espero que sea verdad que están bien. Carol también les hizo un dibujo a ellos, me dijo que “es para que no extrañen tanto el hogar”. Tengo una hija maravillosa. Lástima por el padre.
Te escribo pronto,
Melanie






8 de agosto de 1967

Cory: Hoy siento que lo extraño a Jason. Después del enojo, vino la tristeza y el amor que siempre le tuve. Y ayer me llegó esta carta:

Querida Mel: Te amo y extraño mucho. Me gustaría estar en casa y pedirte perdón por todo lo que te hice. Sé que ya lo dije muchas veces, pero esta vez voy a cambiar de verdad. Quiero que seamos una familia feliz. Quiero que Carol crezca y sea una mujer como vos. Mandale un beso gigante y otro para vos, mi vida. Y acordate que Te quiero: un pellizco, un picotazo, un besito y un abrazo.
Te ama,
Jason

Él sabe que yo todavía lo amo. Y parece realmente arrepentido, ¿no? No sé... hay que ver qué pasa cuando vuelva. De todas formas, lo extraño, siempre será mi marido y siempre lo amaré.
Y me dijo Prud que quizás la semana próxima Rob y James regresen Ojalá así sea.
Melanie


5 de septiembre de 1967

Cory: Hoy llegó otra carta de Jason. Las cosas que me cuenta de algunos soldados son horribles. Se están haciendo adictos a drogas y tienen problemas de salud. Espero que vuelva pronto, no quiero que esté más en peligro.
Rob y James llegan a sus hogares el 7 de septiembre.
Melanie


19 de septiembre de 1967

Cory: Hoy me llamó un tal Oficial Williams y me dijo algo que todavía no lo puedo creer y no tampoco sé si es verdad. A Jason le dispararon cinco balas. Cuatro en el cuerpo y una en la cabeza. Está internado en alguna carpa de primeros auxilios esperando el vuelo que lo traiga al Hospital de Texas.
No sé qué va a pasar y por las dudas no le he dicho nada a Carol.
Pronto te escribiré contándote qué pasó...
Melanie


8 de octubre de 1967

Cory: Jason quedó ciego. No le pudieron salvar ninguno de los dos ojos. Todos los doctores dicen que tuvo suerte, que pudo haber sido peor. Yo lo voy a cuidar toda la vida pero me siento tranquila porque ahora estoy segura que no volverá a pasar lo que alguna vez pasó.
Me olvidaba... (las buenas noticias pasan más desapercibidas) Rob y James llegaron bien a sus casas y, si tienen suerte, no tendrán que volver.
Melanie




11 de noviembre de 1967

Cory: Hoy puedo decirte que soy feliz. Jason está ciego y lo tengo que cuidar, pero yo elijo mi vida, elijo qué hacer y qué no hacer. Y Jason cambió mucho, de verdad. Creo que en parte es porque sabe que ya no tiene poder sobre mí.
Carol cada día es una nena más hermosa y más inteligente.
Espero no tener que contar más tristezas.
Te quiero mucho, mi amigo inanimado.
Melanie


26 de octubre de 2008

Cory: Ha pasado mucho tiempo desde que te escribí por última vez. Yo cambié. Mi cuerpo cambió. Mis manos tienen arrugas y mi cuerpo está cansado. Mi piel tiene cáncer y mi mente no quiere pensar más. Me pareció que habiéndome acompañado tanto tiempo deberías ser el último amigo del que me despida.
Mi Carol ya es una señora, abogada y con tres hijos, mis tres nietos: Rachel, Karen y Brian. Son unos soles. Jason ya murió hace tiempo y puedo decir que descansa en paz.
Bueno, mi querido amigo, Ya me tomé lo que tenía que tomar. Moriré dormida, como siempre quise.
Te quiere por siempre,
Melanie





[1] Típica comida judía, similar a las empanadas que consiste en un relleno de puré de papas, carne picada, cebollas o queso, pueden ser cerrados completamente o abiertos en la parte superior.
[2] Típica comida judía, similar a las albóndigas, hechas con harina de matzá y que se sirven en caldo.
[3] Utilizo este término porque es así como se autodenominan los estadounidenses.

12 ago 2009

Aquí va

Después de tanto tiempo, mis saludos al que lea.
Mi ausencia de debe en gran parte a que no sabía (tampoco sé bien ahora) cómo encarar el tema que me pidieron. Otra parte se debe a que estuve leyendo y redactando el cuento que me propuse hacer (o más o menos).
Quería comentar que leyendo y releyendo los mails enviados por la prof. una y otra vez, me parece que lo pedido ya lo había hecho de una manera más informal. Me creé un archivo de Word en donde ponía items y cada idea que se me ocurría para enriquecer el texto. Así empezó mi camino, mi viaje, mi propósito, mi intención en la escritura de mi cuento.

En fin, espero haber entendido bien:
En primer lugar, me dediqué a buscar información sobre la guerra de Vietnam (todavía no pude ver la película recomendada, "Apocalipsis Now", por unos problemitas, pero hoy o mañana la miro para poder interiorizarme más), obviamente leí el cuadernillo de guerra (quizás está de más decirlo), busqué información sobre mujeres golpeadas y las características de estas relaciones amorosas, estoy leyendo "Un placer fugaz" (de Truman Capote, recomendado por la prof. y por Andrea) que seguramente me ayudará cuando llegue la hora de escribir esa parte del cuento.
Ya que mi subida anterior no se entendió bien, aclaro: La protagonista de mi relato se llama Melanie. El texto comienza cuando ella es todavía una niña y continúa durante toda su vida y cuenta que al casarse comienza sufrir de violencia familiar y luego su marido se va a luchar en la guerra de Vietnam (la historia está situada en EE.UU.).
De esta forma, mi cuento se convierte en relato: hay una alteración del orden que vuelve esos hechos memorables.

Ahora, empecemos con los puntos sugeridos por la prof. vía mail:
1) Con respecto al cuadernillo "Terrritorio de la guerra": Mi texto se relaciona de manera que el esposo de mi protagonista le enviará cartas contándole sobre cosas sucedidas en la guerra (Diario de una campaña) y viéndolo más profundamente, se puede dar la dicotomía de la que hablaba Ramos, poeta-soldado. No sé si un poeta exactamente, pero un soldado que escribe cartas, como mínimo, tiene interés en ser leído.

2) Ya enuncié la idea principal del proyecto.

3) Con respecto al libro elegido para leer en su totalidad, ya nombré que es "Un placer fugaz", de Truman Capote. Por ahora sólo puedo decir que funciona como una fuente (muy) grande de inspiración para las cartas escritas de este marido golpeador.

4) Con respecto a la investigación realizada, doy algunos puntos cortos y, para mí, claves:
  • La guerra de Vietnam enfrentó a este país (obviamente) y a EE.UU. durante los años 1958 y 1975. Estuvo marcada por una gran corrupción y también inconciencia y orgullo por parte de los presidentes de esos años: John F. Kennedy (1961-1963), Lyndon B. Johnson (1965-1969) y Richard Nixon (1969-1974).
  • La violencia de género es un problema creciente y cada vez de mayor trascendencia y las nociones tradicionales de la feminidad han influido tanto sobre el comportamiento de las mujeres como en el de los hombres. Tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual, psicológico o emocional.

Espero haber escrito todo lo pedido y haber sido más clara que la vez anterior.

Pido perdón por la tardanza y la irregularidad en mis subidas.

Saludos, y ¡espero comentarios!